1- NO RESPETAR EL PRESUPUESTO ESTABLECIDO
Uno de los mayores errores que realizamos al reformar nuestra vivienda es no tener el presupuesto cerrado desde el primer momento al 100%. Es algo muy común, porque comenzamos a idealizar nuestra vivienda perfecta y no queremos que el presupuesto nos limite, pero es algo que debemos hacer. Por ello es importante haber estructurado todos los costes; desde las grandes partidas hasta las más pequeñas, como puede ser bombillas, tornillería etc.
Otra de las razones por las que tenemos sobrecostes, son las modificaciones sobre lo planteado al inicio, pese a ser modificaciones pequeñas, no lo son en la factura al final.
Pide presupuestos de mano de obra, y busca el precio de los materiales para poder comparar y poder tomar una decisión más óptima.
Por último una vez fijado el presupuesto, divide el pago en tres partes; el primero al comienzo de la obra, el segundo durante la obra, y el tercero, una vez finalizada la obra. Nosotros recomendamos añadir una pequeña reserva para posibles imprevistos.
2- HAY QUE TENER EN CUENTA LOS POSIBLES IMPREVISTOS
Como bien hemos mencionado antes, tener una pequeña reserva es muy útil a la hora de ejecutar una reforma en casa para posible imprevistos. Uno de los imprevistos más frecuentes, sobre todo en las viviendas con varios años, son los desniveles en techos y paredes. Además la tuberías que rompen al cambiar azulejos, reforzamientos de estructuras o paredes que precisan doble aislamiento para no tener que soportar ruidos de vecinos son los imprevistos más comunes.
3- ¿QUÉ ES LO MÁS IMPORTANTE?
Todos queremos tener una casa estéticamente perfecta, pero debemos anteponer la comodidad y la practicidad ante lo bonito que pueda quedar la casa; por ejemplo una buena carpintería exterior, invertir en calefacción y aislamiento termostático, son características a tener muy en cuenta.
Otras pueden ser la accesibilidad a zonas comunes, la cantidad de luz en zonas de ocio y de trabajo, número de armarios o distribución de los espacios. También es crucial la dirección en la que está orientada la casa, con el objetivo de tener más luz y así ahorrar energía así como la ubicación de los radiadores. De todas formas, se debe de tener en cuenta cuál será nuestro presupuesto y valorar qué será lo más importante.
4- QUIERO QUE TERMINEN ¡YA!
Los plazos establecidos no son definitivos, por lo que no debemos de estar nerviosos, si vemos que no se termina la obra en la fecha preestablecida. Cuanto más claro esté el proyecto, antes se comenzará la obra, y más fluido se desarrollara.
Suele ocurrir que necesitamos entrar en una fecha en la vivienda; por ello, recomendamos establecer un plazo mínimo y máximo para entrar en la casa, así evitamos cualquier imprevisto, pero aconsejamos que el cliente siempre tenga un segundo plan, por si ocurriera cualquier imprevisto.
5- LLEVAR IDEAS MUY FIJAS Y NO DEJARNOS ACONSEJAR
En una reforma, el contratista o arquitecto se convertirá en una especie de pareja en la que depositarás muchas de tus ilusiones y una cuantiosa suma de dinero. Por ello, es importante confiar en su experiencia y en su deseo de que el resultado le satisfaga al máximo. El cliente es el agente principal de una reforma, su visión es esencial para lograr que el resultado sea satisfactorio, pero ha de dejar espacio a los profesionales en el asesoramiento estético, técnico y de ejecución. Los más importante es ponerse en manos de un buen profesional y que este le guíe en sus gustos y necesidades personales; pero sobre todo confiar y dejar que lleve el peso de todo el proceso y engorro que conlleva una reforma.
Ellos saben cómo materializar tus deseos y querrán que el resultado satisfaga a ambas partes. Es una obra que lleva su sello, y al final, el boca a boca de un cliente satisfecho es su carta de presentación para nuevos trabajos.
6-AHORRAR EN MANO DE OBRA
Un error que cometemos es creer que somos capaces de realizar nosotros mismo los trabajos, ahorrándonos un dinero o contratando a personal no experto en el ámbito.
Sí, ya sé que hacerlo tú mismo proporciona también una gran satisfacción personal. Al fin y al cabo, pintar paredes, montar la cocina o alicatar los baños parecen trabajos no excesivamente complicados con los que cualquiera puede atreverse. Pero un profesional cuento con el conocimiento, la experiencia y las herramientas necesarias para conseguir el mejor resultado posible, minimizando errores. No contratar a un profesional especializado en determinados tipos de trabajo, tales como fontanería, alicatado, electricidad, etc…, puede acabar en desastre estético o error caro.
En lugar de intentar hacerlo tú mismo, emplea tu tiempo y energía en coordinar los trabajos de reforma. Asegúrate de que los materiales llegan a tiempo y en la cantidad correcta que la mano de obra está ahí cuando se la necesita, y que todos los trabajos se ajustan al presupuesto establecido.
7- IGNORAR LA EFICIENCIA ENERGÉTICA:
Otro error común en primeras reformas es no invertir en cambios que puedan ayudar a optimizar el ahorro de energía de la propiedad. A simple vista parece que estos cambios puede encarecer la reforma, pero son en realidad una inversión en ahorro energético a medio y largo plazo.
Cambiar ventanas por otras de doble acristalamiento, instalar un termostato para la calefacción o escoger electrodomésticos de alta eficiencia energética, no solo pueden ayudar a ahorrar en el gasto de energía en casa, sino que además pueden hacer un hogar más cómodo y habitable, y también más atractivo de cara a su futura venta. Las ventanas de doble acristalamiento proporcionan un aislamiento térmico adecuado, ayudando así a ahorrar en consumo de energía.
8- ESCATIMAR EN LO IMPORTANTE
Una de las cosas en las que más nos gusta rascar el bolsillo durante una reforma es, en materiales de buena calidad. Es muy tentador irte a por ese azulejo que cuesta una tercera parte y que brilla igual, porque a primera vista, pueden resultar muy parecidos. Pero el instalador podrá darte sorpresas desagradables al colocarlos y el desgaste con el tiempo pondrá a cada uno en su luga. Las ventanas son otro apartado fundamental en el que se suele intentar reducir el desembolso, y al final, esto pasa factura con un mal aislamiento de la casa.
Si queremos ajustar nuestro presupuesto, es mejor prescindir de cuestiones estéticas que estructurales. Siempre podrás vivir con un suelo o un baño que no se ajusta completamente a tu gusto personal, pero sin ninguna duda lo que es imprescindible es distribuir el espacio acorde a las necesidades de cada uno. El esqueleto es esencial, siempre habrá tiempo de cambiar la piel en el futuro sin afectar a los demás.
9- COMPRAR MUEBLES ANTES DE QUE FINALICE LA REFORMA
Le resultará muy difícil no invertir las horas muertas durante la comida, o en trayectos de transporte público, en mirar páginas de decoración, así como sucumbir a rebajas de temporada o hacer alguna compra en un mercadillo de segunda mano.
Aunque tengamos muy claro cómo queremos la distribución de cada habitación a través de un render o simulador digital, el resultado final puede distar mucho de la idea original y al final nos quedamos con muebles que no caben o no encajan bien.
10- NO PENSAR UN DISEÑO ACORDE A NUESTRO PLAN DE VIDA.
Si se trata de una vivienda de primera residencia, debemos tener en cuenta si en un futuro pensamos aumentar el número de personas que la compartan o bien alquilarla. Los ambientes diáfanos tipo loft son recomendables para viviendas de pareja que no precisen una futura remodelación. Si, en cambio, queremos incorporar un dormitorio infantil o para personas que tengamos a nuestro cargo, tendremos que seccionar el espacio con tabiques que pueden ser incompatibles con armarios empotrados y estanterías de obra.
En caso de convertirse en una vivienda destinada al alquiler, es importante valorar puntos accesibles de luz así como tomas de antena de televisión.
11- NO SOLICITAR VARIOS PRESUPUESTOS POR EMPEZAR LA OBRA LO ANTES POSIBLE.
El éxito de una reforma se basa en la confianza y la profesionalidad que depositemos en la persona que lo lleve a cabo. Por ello, decidir quién lo va a ejecutar es la parte más importante de todo el proceso. Hace falta tiempo y paciencia para cotejar varias propuestas y dar con la que mejor se adapte a nuestras necesidades. El proceso de selección de los profesionales no ha de estar guiado en exclusiva por el aspecto económico. Hay que buscar antes referencias y asegurarte de que sean buenos profesionales, serios y con personal suficiente para llevar la obra a cabo a tiempo.
Se recomienda contar con un mínimo de tres propuestas de proyecto y un encuentro formal en persona con cada uno de los posibles candidatos. Estudiar bien el diseño, el presupuesto y la profesionalidad de cada uno es fundamental, contrastando esta última con referencias de trabajos asumidos en su estudio. Además, si es posible, es recomendable contactar con los propietarios para conocer de primera mano su experiencia, más allá de fotos que nos proporcionen.